miércoles, 21 de octubre de 2009

Comienzan los espectáculos fuera de la Isla

Camarón era sin duda un genio tempranero, además era un “Ratón Colorao” apodo que dan los gitanos a aquel aprende mucho escuchando, esto es algo en lo que Camarón era un experto y no solo escuchaba para copiar, sino que mejoraba los originales en muchísimas ocasiones, esto es algo que cantaores como Juanito Valderrama o Pepe Marchena han recalcado en numerosas ocasiones.

En el año 1962 con tan solo 12 años Camarón conquistó el triunfo en el festival de cante de Montilla, y 4 años más tarde junto con Rancapino, viajó hasta Alemania, con la compañía de Miguel de Los Reyes, con la que llevaba desde 1962, allí aún era un acompañamiento de los artistas principales, pero en el mundillo del flamenco ya se empezaba ha escuchar las habladurías de que, había por ahí un duende metido en el cuerpo de un chavalito rubio de la isla.

Siguiendo con el tema de las habladurías, hay que poner en conocimiento de los lectores que Manolo Caracol, tendía a restarle importancia al cante de José en los circulos flamencos de la época, por miedo, quizás, a que aumentara la figura de Camarón por encima de la suya propia.

Para ejemplificar esto vamos a situar al Alecto en Torres Bermejas, un tablao en Madrid, Camarón ya es bastante conocido en el mundo del flamenco, a este lugar acuden, entre otros, Mairena y Caracol, Caracol intimo amigo del dueño se movía por el lugar como si fuese su casa. Camarón reconocía que cuando Caracol entraba en la sala a escucharlo se quedaba paralizado, esto solo le ocurría cuando aparecía su ídolo. El caso es que ,en una ocasión Camarón estaba “llorando” por Fandangos y cuando estaba apunto de terminar de tocar Paco Cepero, Manolo Caracol se acercó por detrás del escenario y pidió al guitarrista que siguiera tocando, este accedió, Caracol cantó un Fandango y digamos simplemente que no fue el mejor que interpretó en su carrera. Hay que entender que en la época Caracol ya estaba en su declive y Camarón emergía fugazmente eclipsando el pasado del flamenco. El caso es que Camarón no quería ver a su ídolo ridiculizado e interpretó otro fandango, este último cante levanto al público y terminó definitivamente con la disputa.

Existe otra anécdota que ejemplifica aún mejor esta “envidia” que sentía Manolo Caracol por José Monje, pero la guardaremos para una futura entrada de este blog.

Libro de la colección "TODO CAMARÓN", Editorial Altaya. paginas web www.camarondelaisla.org

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